Aplicación de desionizadores y almacenamiento de agua purificada

El agua desionizada, igual que el agua destilada y purificada, es un elemento integrante en todos los laboratorios y se emplea para la preparación de medios microbiológicos, tampones, producción de reactivos químicos y bioquímicos, cultivo de células, análisis instrumental fino, cromatografía etc.

Cabe señalar que el periodo de almacenamiento del agua destilada no debe superar las 24 horas. Para almacenar agua de tipo II son necesarias condiciones especiales: la hermeticidad del recipiente, la circulación y el calentamiento del agua que aseguren la conservación de su calidad. El agua de tipo I no es recomendada para almacenar en absoluto.

Los desionizadores de agua se emplean ampliamente en la industria radioelectrónica. El agua producida en estos dispositivos se emplea para lavar circuitos impresos, limpiar piezas y enfriar impresoras 3D. El agua desionizada también se emplea ampliamente en la industria de maquinaria de alta precisión gracias a la ausencia de impurezas extrañas y elementos diluidos que influyan en la calidad del producto. El empleo de desionizadores y de dispositivos de ósmosis inversa supone la adquisición y el cambio regular de elementos filtrantes, membranas y resinas de intercambio iónico. La periodicidad de cambio de los consumibles depende de la intensidad de empleo de las dispositivos.

Los desionizadores de agua y los dispositivos de ósmosis inversa para la purificación de agua poseen una serie de ventajas en comparación con el método tradicional de purificación: la destilación. Entre ellas se encuentran el bajo consumo de energía y el menor consumo de agua inicial. Pero muy a menudo todas estas desventajas se nivelan por el precio de filtros, membranas y resinas, que requieren cambio regular.

Además, los desionizadores y los sistemas de ósmosis inversa no aseguran la “desgasificación” del agua, es decir, en el proceso de la purificación no tiene lugar la eliminación de los gases contenidos en el agua.